El medidor de turbidez HI93703 que cumple con la norma ISO se diseñó para calibrarse de forma rutinaria con un estándar conocido. Como en el caso de todos los estándares analíticos o materiales de referencia, un estándar de turbidez debe ser apropiado para cada uno de los siguientes aspectos: proporcionar trazabilidad, demostrar la exactitud de los resultados, calibrar el medidor, cumplir con la metodología de medición, medir la eficiencia del equipo, validar las mediciones y facilitar la comparación de valores. Dicha estandarización asegura que cuando se siguen correctamente los procedimientos de medición, el mismo análisis con los mismos materiales producirá resultados consistentes entre sí en cualquier momento en que se realice la medición.

Los estándares de turbidez de Hanna se preparan con materiales certificados AMCO AEPA-1 que son conocidos por tener una alta estabilidad y confiabilidad para estas operaciones. Los estándares AMCO AEPA-1 son suspensiones estabilizadas de microesferas de copolímero de divinilbenceno estireno en agua ultrapura. Estas microesferas son químicamente inertes y conservan su balance químico en agua sin importar su concentración. El tamaño de partícula, la forma uniforme y el índice de refracción de estas microesferas los hacen ideales para caracterizar la absorción de luz y su desviación a 90° en el intervalo de luz UV-VIS. Además, la forma de microesferas y su tamaño ayudan a evitar la acumulación o la precipitación del estándar. Por estas razones los estándares AMCO AEPA-1 tienen una estabilidad excepcional.